miércoles, 13 de abril de 2016

14 de abril, II REPÚBLICA: Mujeres Antifascistas

(Carmen Sánchez, militante comunista)


El próximo 14 de abril celebramos el 85º aniversario de la II República, y una vez más toca hablar de la importancia que tuvo para la clase obrera y para la emancipación de las mujeres, para la democracia y para la lucha contra el fascismo, para el pueblo español y para los pueblos del mundo.

La II República nace con la quiebra del Régimen borbónico, una monarquía que vivía de espaldas a las clases populares y a la nueva realidad configurada en las últimas décadas, que había traído la organización de los trabajadores en los sindicatos de clase, y en  los partidos políticos de izquierda. Ensimismada en su pasado colonial, esta monarquía se servía una oligarquía financiera y agraria, que había agotado su poder político en la dictadura de Primo de Rivera, y que no podrá sostener el Régimen tras las elecciones municipales  que dieron el triunfo a los partidos republicanos.

Los años de república serán complicados, las izquierdas se debatirán en sus contradicciones, las derechas conspirarán para su aniquilación y es que la Segunda República Española nace en un contexto Europeo completamente desfavorable: el ascenso de los fascismos.

En resumen, el día 15 de abril en La Gaceta de la República se publicará los fines del Gobierno Provisional hasta la convocatoria de Cortes Constituyentes: La II  República Española quedará proclamada el 14 de abril de 1931. Y apenas 5 años más tarde, el 18 de julio de 1936, tras el triunfo del Frente Popular en febrero, comenzará la Guerra de España. De un lado, el gobierno constitucional, las organizaciones obreras y las Brigadas Internacionales, junto con la ayuda soviética; del otro los generales africanistas, la Iglesia Católica, la “equidistancia” de las democracias europeas y el fascismo internacional.

Pero no vamos a hablar de las causas de su nacimiento, ni las de su derrota, sino de sus defensores, o mejor dicho de sus defensoras.

Los comunistas supieron ver, con toda claridad, el repugnante monstruo que era el fascismo, y nadie como ellos y ellas lucharon con tanta abnegación para derrotarlo. Y una faceta menos conocida, pero fundamental, de esa lucha es la protagonizaron las mujeres.

La dirigente comunista Bernadette Cattaneo recibía, en febrero de 1933, una carta del que fuera secretario de la III Internacional Jorge Dimitov, con el fin de poner en marcha una organización de mujeres que luchara contra el fascismo, su nombre será el de Comité Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo, tendrá como presidenta a Grabielle Duchene, y de secretaria a la propia Bernadette Cattaneo.
Bernadette Cattaneo y Dolores Ibarruri

En España Dolores Ibárruri, ese mismo año, las recibirá para poner en marcha el Comité Español de la organización, y en 1934 se habían creado comités en Madrid, Barcelona, Bilbao, Gijón, Orense, La Coruña y Vigo, Zaragoza, Cuenca, Segovia, Valladolid, Toledo, Sevilla, Córdoba, Málaga, Granada y Alicante. Celebrarán su primer Congreso en Julio de ese mismo año, enviando delegadas al Congreso Mundial, celebrado en agosto.

Será presidenta de honor Catalina Salmerón, su presidenta, Dolores Ibárruri, su secretaria, Encarnación Fuyola y pertenecerán a su Comité Nacional: Victoria Kent, Clara Campoamor, María Martínez, Veneranda Manzano, María Teresa León, Lina Odena, Margarita Nelken…

La guerra resultó inevitable y la organización pasa a denominarse Asociación de Mujeres Antifascistas, AMA, su trabajo, ahora, es el de contribuir lo más posible a la defensa  de la República y de su gobierno legítimo.

El intento de golpe de Estado tuvo como consecuencia, que el poder político se derrumbara  y de forma espontánea se sustituyó  por un poder popular contradictorio, que tenía que afrontar las tareas del Estado: orden público, abastos, organización de los medios de producción...  El caos reinante impedía que los aparatos del Estado funcionaran, en cualquier lugar y en cualquier nivel, las organizaciones obreras y los militantes de los partidos del Frente Popular sustituirán, junto con lo que resta del  Estado el  poder político, para sostener al estado republicano.

La necesidad de organizar la resistencia en todos los ámbitos, tiene como consecuencia para AMA la integración plena en todos los niveles de gobierno, desde el nivel municipal hasta la comisión interministerial para la guerra. El Gobierno de la República aceptará el trabajo de las mujeres, mediante decreto:

Los Ministerios de la Guerra e Industria podrán confiar a la Comisión de auxilio femenino cuantos encargos estimen convenientes en orden a la producción…
(…) La Comisión de auxilio femenino propondrá al Gobierno cuantas medidas estime útiles para cubrir las necesidades de las familias de los combatientes y desempeñará las misiones relativas a este problema que el Gobierno le confíe.

No consiguieron  su participación fácilmente, tuvieron que presionar al gobierno para obtener de él, y del resto de las organizaciones republicanas su confianza. Y su trabajo  estuvo a la altura del heroísmo de sus compañeros de lucha.


Es imposible desarrollar aquí toda su labor, pero en la España republicana las mujeres de AMA organizaron la retaguardia, en el suministro de alimentos a la población y al frente, en organización de producción para la guerra, tanto en fábricas de material bélico, como de prendas, en la reorganización de las ciudades, de los transportes… Un pequeño resumen de su esfuerzo viene recogido en el informe a la II conferencia del Comité Mundial en febrero de 1937, momento en el que la organización rondaba las cincuenta mil afiliadas:

(…) Nuestras tareas pueden agruparse en tres  categorías;
a)      Tareas de colaboración directa en los trabajos relacionados con la guerra.
En este grupo incluimos:
1º talleres
2º Residencias para niños
3º Colaboración en la evacuación
4º Servicios sociales en los hospitales.
5º Ayuda a Madrid.
6º Ayuda a los frentes.
b)      Tareas para facilitar y mejorar la capacitación técnica y profesional de la mujer.
1º La creación en Valencia de una escuela de enfermeras.
c)       Tareas de trabajo político y cultural:
En este grupo incluimos:
1º La propaganda en todas sus formas y aspectos.
2º La agitación en todos los lugares de trabajo y de reunión de mujeres, así como, en cuarteles, mercados etc. etc.
3º Lo mítines de divulgación del carácter y finalidad de nuestra lucha celebrado en todos los lugares donde esta tarea se presentaba como imprescindible.
4º Las conferencias, charlas, cursillos de tipo político, sindical, cultural, realizada entre las mujeres en fábricas, talleres, agrupaciones de barriada etc .Prensa.


Queremos hacer constar que todos estos grupos de actividades se han desarrollado por igual en todas las provincias de la España republicana y que cada uno de estos cuatro  grupos han abarcado cualquiera que fuera su característica un profundo trabajo de tipo político y cultural. Nosotras sabemos y queremos hacer constar dos cosas: 1ª que hemos trabajado mucho, con gran fe, con la ilusión de que nuestro trabajo sea provechoso y eficaz y 2ª que a pesar de todo, nuestro trabajo no alcanzado la curva del éxito que nosotras hubiéramos querido alcanzar o por lo menos creemos que dadas nuestras aspiraciones, teniendo en cuenta nuestros deseos hubiéramos querido llegar más lejos aún de lo que hemos llegado. (…)”



Pero no abandonaron el plano ideológico, en sus publicaciones, en especial la revista Pasionaria y la revista Mujeres, cuyo subtítulo aclara las pretensiones de sus fundadoras: Periódico de las mujeres que luchan por la Paz, la Libertad y el Progreso, marcaba la línea política y de emancipación femenina.

No estarían solas en la inmensa tarea de defender la república, junto a ellas estaría Unión de Muchachas, organización unitaria puesta en marcha por las Juventudes Socialistas Unificadas (miembro de la Internacional comunista) en mayo de 1937, sus objetivos quedan publicados en el nº 2 de la revista Muchachas:

Primero. Aunar y coordinar todos los esfuerzos que las muchachas realizan para la guerra y aprovechar todas las energías juveniles femeninas que aún no han sido empleadas en actividades relacionadas con nuestra heroica lucha. Segundo. Reforzar los lazos y ampliar las bases de la unidad de todas las organizaciones juveniles antifascistas. Tercero. Acabar para siempre con la herencia espiritual de antiguo régimen capitalista con sus necios prejuicios con sus arcaicas costumbres y con la espantosa incultura en que nos tuvo sumidas. Cuarto. Formar y preparar cultural, técnica y profesionalmente a las muchachas, para que podamos contribuir junto con nuestros compañeros, a la construcción de la nueva sociedad, una vez aplastado el fascismo…


Y al igual que sus compañeras de AMA desarrollarían parecidos trabajos: Organizar y desarrollar con ayuda del gobierno, de los sindicatos y del Ayuntamiento,  formación industrial  profesional y técnica, para poder incorporarse rápidamente al trabajo agrícola y fabril en sus diversas modalidades. Preparar enfermeras para hospitales de sangre y servicios sanitarios de campaña. Instalar y hacer funcionar lavaderos colectivos, para atender a las necesidades militares. Crear casas-cunas en las fábricas donde trabajen obreras y en las barriadas. Establecer comedores colectivos para favorecer la evacuación de las familias de los obreros y empleados.


La organización UM contó con agrupaciones tan sólo en Madrid y Valencia, a la que habría que añadir la de Aliança Nacional de la Dona Jove en Cataluña, en el resto de la España republicana la JSU, así como las mujeres de filiación libertaria, participaría directamente en AMA, que a su vez tendría en Unió de Dones su organización hermana en Cataluña.



Para finalizar, cuando se habla de mujeres durante la Guerra de España es obligado el reconocimiento a Mujeres Libres, que llegó a alcanzar la cifra de veinte mil afiladas y cuyo trabajo merece todos los reconocimiento al igual que las organizaciones que han sido objeto de este artículo.





Resulta difícil reducir en pocas páginas el esfuerzo de estas mujeres por detener el monstruo del fascismo, y aún más difícil expresar la importancia de su labor. La perspectiva política que el movimiento comunista tuvo, entendiendo la necesidad de unificar las luchas antifascistas en organizaciones unitarias, no sólo demuestra inteligencia política, sino el sentido de las propias luchas: por encima de cualquier otra cosa el monstruo debía ser derrotado.


La generosidad de sus militantes resulta demasiado grande para que quepa en ningún texto. Sirva de homenaje este breve artículo a las mujeres comunistas y sus compañeras de lucha en especial, y a todos los antifascistas en general. Hoy 14 de abril de 2016.