14 de abril, II REPÚBLICA: Mujeres Antifascistas
El próximo 14 de abril celebramos el 85º
aniversario de la II República, y una vez más toca hablar de la importancia que
tuvo para la clase obrera y para la emancipación de las mujeres, para la
democracia y para la lucha contra el fascismo, para el pueblo español y para
los pueblos del mundo.
La II República nace con la
quiebra del Régimen borbónico, una monarquía que vivía de espaldas a las clases
populares y a la nueva realidad configurada en las últimas décadas, que había traído
la organización de los trabajadores en los sindicatos de clase, y en los partidos políticos de izquierda.
Ensimismada en su pasado colonial, esta monarquía se servía una oligarquía
financiera y agraria, que había agotado su poder político en la dictadura de
Primo de Rivera, y que no podrá sostener el Régimen tras las elecciones
municipales que dieron el triunfo a los
partidos republicanos.
Los años de república serán
complicados, las izquierdas se debatirán en sus contradicciones, las derechas
conspirarán para su aniquilación y es que la Segunda República Española nace en
un contexto Europeo completamente desfavorable: el ascenso de los fascismos.
En resumen, el día 15 de abril en La Gaceta de la República se publicará
los fines del Gobierno Provisional hasta la convocatoria de Cortes
Constituyentes: La II República Española
quedará proclamada el 14 de abril de 1931. Y apenas 5 años más tarde, el 18 de
julio de 1936, tras el triunfo del Frente Popular en febrero, comenzará la
Guerra de España. De un lado, el gobierno constitucional, las organizaciones
obreras y las Brigadas Internacionales, junto con la ayuda soviética; del otro
los generales africanistas, la Iglesia Católica, la “equidistancia” de las
democracias europeas y el fascismo internacional.
Pero no vamos a hablar de las causas de su
nacimiento, ni las de su derrota, sino de sus defensores, o mejor dicho de sus
defensoras.
Los comunistas supieron ver, con toda claridad, el
repugnante monstruo que era el fascismo, y nadie como ellos y ellas lucharon
con tanta abnegación para derrotarlo. Y una faceta menos conocida, pero
fundamental, de esa lucha es la protagonizaron las mujeres.
La dirigente comunista Bernadette Cattaneo recibía,
en febrero de 1933, una carta del que fuera secretario de la III Internacional
Jorge Dimitov, con el fin de poner en marcha una organización de mujeres que
luchara contra el fascismo, su nombre será el de Comité Mundial de Mujeres
contra la Guerra y el Fascismo, tendrá como presidenta a Grabielle Duchene, y
de secretaria a la propia Bernadette Cattaneo.
Bernadette Cattaneo y Dolores Ibarruri
En España Dolores Ibárruri, ese mismo año, las
recibirá para poner en marcha el Comité Español de la organización, y en 1934
se habían creado comités en Madrid, Barcelona, Bilbao, Gijón, Orense, La Coruña
y Vigo, Zaragoza, Cuenca, Segovia, Valladolid, Toledo, Sevilla, Córdoba, Málaga,
Granada y Alicante. Celebrarán su primer Congreso en Julio de ese mismo año,
enviando delegadas al Congreso Mundial, celebrado en agosto.
Será presidenta de honor Catalina Salmerón, su
presidenta, Dolores Ibárruri, su secretaria, Encarnación Fuyola y pertenecerán
a su Comité Nacional: Victoria Kent, Clara Campoamor, María Martínez, Veneranda
Manzano, María Teresa León, Lina Odena, Margarita Nelken…
La guerra resultó inevitable y la organización pasa
a denominarse Asociación de Mujeres Antifascistas, AMA, su trabajo, ahora, es
el de contribuir lo más posible a la defensa
de la República y de su gobierno legítimo.
El intento de golpe de Estado tuvo como
consecuencia, que el poder político se derrumbara y de forma espontánea se sustituyó por un poder popular contradictorio, que
tenía que afrontar las tareas del Estado: orden público, abastos, organización de los medios de
producción... El caos reinante impedía
que los aparatos del Estado funcionaran, en cualquier lugar y en cualquier
nivel, las organizaciones obreras y los militantes de los partidos del Frente
Popular sustituirán, junto con lo que resta del
Estado el poder político, para
sostener al estado republicano.
La necesidad de organizar la
resistencia en todos los ámbitos, tiene como consecuencia para AMA la
integración plena en todos los niveles de gobierno, desde el nivel municipal
hasta la comisión interministerial para la guerra. El Gobierno de la República aceptará el trabajo de
las mujeres, mediante decreto:
Los Ministerios de la
Guerra e Industria podrán confiar a la Comisión de auxilio femenino cuantos
encargos estimen convenientes en orden a la producción…
(…) La Comisión de
auxilio femenino propondrá al Gobierno cuantas medidas estime útiles para
cubrir las necesidades de las familias de los combatientes y desempeñará las
misiones relativas a este problema que el Gobierno le confíe.
No consiguieron
su participación fácilmente, tuvieron que presionar al gobierno para
obtener de él, y del resto de las organizaciones republicanas su confianza. Y
su trabajo estuvo a la altura del
heroísmo de sus compañeros de lucha.
Es imposible desarrollar aquí toda su labor, pero
en la España republicana las mujeres de AMA organizaron la retaguardia, en el
suministro de alimentos a la población y al frente, en organización de
producción para la guerra, tanto en fábricas de material bélico, como de
prendas, en la reorganización de las ciudades, de los transportes… Un pequeño
resumen de su esfuerzo viene recogido en el informe a la II conferencia del
Comité Mundial en febrero de 1937, momento en el que la organización rondaba
las cincuenta mil afiliadas:
(…) Nuestras tareas
pueden agruparse en tres categorías;
a) Tareas de colaboración directa en los trabajos relacionados con la
guerra.
En este grupo incluimos:
1º talleres
2º Residencias para
niños
3º Colaboración en la
evacuación
4º Servicios sociales en
los hospitales.
5º Ayuda a Madrid.
6º Ayuda a los frentes.
b) Tareas para facilitar y mejorar la capacitación técnica y profesional
de la mujer.
1º La creación en
Valencia de una escuela de enfermeras.
c) Tareas de trabajo político y cultural:
En este grupo incluimos:
1º La propaganda en
todas sus formas y aspectos.
2º La agitación en todos
los lugares de trabajo y de reunión de mujeres, así como, en cuarteles,
mercados etc. etc.
3º Lo mítines de
divulgación del carácter y finalidad de nuestra lucha celebrado en todos los
lugares donde esta tarea se presentaba como imprescindible.
4º Las conferencias,
charlas, cursillos de tipo político, sindical, cultural, realizada entre las
mujeres en fábricas, talleres, agrupaciones de barriada etc .Prensa.
Queremos hacer constar
que todos estos grupos de actividades se han desarrollado por igual en todas
las provincias de la España
republicana y que cada uno de estos cuatro
grupos han abarcado cualquiera que fuera su característica un profundo
trabajo de tipo político y cultural. Nosotras sabemos y queremos hacer constar
dos cosas: 1ª que hemos trabajado mucho, con gran fe, con la ilusión de que
nuestro trabajo sea provechoso y eficaz y 2ª que a pesar de todo, nuestro
trabajo no alcanzado la curva del éxito que nosotras hubiéramos querido
alcanzar o por lo menos creemos que dadas nuestras aspiraciones, teniendo en
cuenta nuestros deseos hubiéramos querido llegar más lejos aún de lo que hemos
llegado. (…)”
Pero no abandonaron el plano ideológico, en sus
publicaciones, en especial la revista Pasionaria
y la revista Mujeres, cuyo subtítulo
aclara las pretensiones de sus fundadoras: Periódico
de las mujeres que luchan por la Paz, la Libertad y el Progreso, marcaba la
línea política y de emancipación femenina.
No estarían solas en la inmensa tarea de defender
la república, junto a ellas estaría Unión de Muchachas, organización unitaria
puesta en marcha por las Juventudes Socialistas Unificadas (miembro de la
Internacional comunista) en mayo de 1937, sus objetivos quedan publicados en el
nº 2 de la revista Muchachas:
Primero. Aunar y
coordinar todos los esfuerzos que las muchachas realizan para la guerra y
aprovechar todas las energías juveniles femeninas que aún no han sido empleadas
en actividades relacionadas con nuestra heroica lucha. Segundo. Reforzar los
lazos y ampliar las bases de la unidad de todas las organizaciones juveniles
antifascistas. Tercero. Acabar para siempre con la herencia espiritual de
antiguo régimen capitalista con sus necios prejuicios con sus arcaicas
costumbres y con la espantosa incultura en que nos tuvo sumidas. Cuarto. Formar
y preparar cultural, técnica y profesionalmente a las muchachas, para que
podamos contribuir junto con nuestros compañeros, a la construcción de la nueva
sociedad, una vez aplastado el fascismo…
Y al igual que sus compañeras de AMA desarrollarían parecidos trabajos: Organizar y desarrollar con ayuda del gobierno, de los sindicatos y del Ayuntamiento, formación industrial profesional y técnica, para poder incorporarse rápidamente al trabajo agrícola y fabril en sus diversas modalidades. Preparar enfermeras para hospitales de sangre y servicios sanitarios de campaña. Instalar y hacer funcionar lavaderos colectivos, para atender a las necesidades militares. Crear casas-cunas en las fábricas donde trabajen obreras y en las barriadas. Establecer comedores colectivos para favorecer la evacuación de las familias de los obreros y empleados.
La organización UM contó con agrupaciones tan sólo
en Madrid y Valencia, a la que habría que añadir la de Aliança Nacional de la
Dona Jove en Cataluña, en el resto de la España republicana la JSU, así como
las mujeres de filiación libertaria, participaría directamente en AMA, que a su
vez tendría en Unió de Dones su organización hermana en Cataluña.
Para finalizar, cuando se habla de mujeres durante la Guerra de España es obligado el reconocimiento a Mujeres Libres, que llegó a alcanzar la cifra de veinte mil afiladas y cuyo trabajo merece todos los reconocimiento al igual que las organizaciones que han sido objeto de este artículo.
Resulta difícil reducir en pocas páginas el
esfuerzo de estas mujeres por detener el monstruo del fascismo, y aún más
difícil expresar la importancia de su labor. La perspectiva política que el
movimiento comunista tuvo, entendiendo la necesidad de unificar las luchas
antifascistas en organizaciones unitarias, no sólo demuestra inteligencia
política, sino el sentido de las propias luchas: por encima de cualquier otra
cosa el monstruo debía ser derrotado.
La generosidad de sus militantes resulta demasiado
grande para que quepa en ningún texto. Sirva de homenaje este breve artículo a
las mujeres comunistas y sus compañeras de lucha en
especial, y a todos los antifascistas en general. Hoy 14 de abril de 2016.